viernes, octubre 21, 2005

Desconfía




Yo he sido fan de la comida mexicana desde mucho antes de pisar el suelo mexicano, me parece que México tiene una variedad extraordinaria de sabores, su costumbre de comer con tortillas es realmente divertida y práctica, créanme que casi cualquier cosa se puede meter dentro de una tortilla y eso es un magnífico almuerzo, cena o desayuno.
Pero también es cierto que los mexicanos deben ser el pueblo que más picante usa en sus comidas en todo el planeta, están acostumbrados porque desde siempre han comido con chile y tienen una enorme variedad de chiles, incluso hay caramelos con chile que los niños comen felices de la vida.

Todo este preámbulo es para contar mi primera experiencia en un restaurante en México. Entramos y pedimos una mesa en la sección de no fumar, nos ubicamos todos en familia (entiéndase mi marido, mis dos angelitos y yo), pedimos coca cola para tomar y nos entregaron la carta...
No entendíamos nada, entre enchiladas, chilaquiles, gringas, gordas, finalmente y con la ayuda del mesero pedimos fajitas de res que venían acompañadas de guacamole, yo pregunté si el guacamole era picante y el mesero súper amable me dijo que no, que no picaba nada y yo le creí.
Llegó la comida y yo me comí una cucharadota de guacamole que me dejó la lengua en llamas, el guacamole no era picante; era picantísimo, lo bueno es que al rato y después del pánico inicial la lengua se adormece...
La moraleja de la historia es que nunca le creas a un mexicano cuando te dice que algo no es picante, los mexicanos tienen una graduación del picor totalmente distinta a la del resto del mundo.
Mi humilde consejo es: desconfía de todo aquello que sea de color verde o rojo que aparezca en tu plato, bueno eso si no quieres terminar con la lengua en llamas...

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