viernes, diciembre 02, 2005

Mudarse

He comentado en este espacio sobre las aventuras de salir de tu país para hacer patria en el extranjero, pero omití algo importante LA MUDANZA.

A mí esto de mudarse debería ya hasta gustarme, digo esto considerando que me he mudado 5 veces en 10 años de matrimonio y dos de ellas han sido mudanzas internacionales. Pero la verdad es que me fastidia profundamente, es más, creo sinceramente que ODIO MUDARME, este asunto de agarrar todos tus bártulos para meterlos en cajitas que luego deberán ser transportadas a otro lugar para luego sacarlos de sus cajitas y acomodarlos todos otra vez realmente me desquicia. Quizá me desquicia porque sé que es un tremendo trabajo, cansador, agotador, fatigante (y no sigo porque me quedé sin sinónimos).

Cada vez que pienso en mudanzas tengo la fantasía de que la ciencia ha inventado ya el tele transportador al estilo de star treek, entonces yo estaría con una especie de dispositivo de transporte en la nueva casa y mi marido estaría en la casa que dejamos con un dispositivo similar, yo con un teléfono celular o algo así le diría “amor, mándame el futón ahora” y una serie de lucecitas parpadearían hasta que medio segundo después aparecería en el preciso lugar al que apunté el aparatejo de transporte mi futón. Pero la realidad es que estamos muy lejos de que esta maravilla ocurra.

Cuando me tocó mudarme a Argentina la cosa estuvo complicada, tenía ya a mi hija peluda (mi perrita cocker spaniel) mi hija que era apenas una bebé y mi marido ya estaba al otro lado de la cordillera, es decir que todo ese trabajo extenuante (¡hey! se me ocurrió otro sinónimo) era sólo mío, claro que mis padres estuvieron al pie del cañón ayudando.

De la mudanza, más allá del trabajo típico de embalar, contactar transporte y conseguir documentos varios pero con una variante, hay que hacer un inventario valorado en dólares y poner marca, modelo y número de serie de todo electrodoméstico que vaya e indicar en que bulto se encuentra, a todo esto se suman otros trámites como sacar pasaporte para la bebé y los permisos notariales para que viaje fuera del país además de los documentos necesarios para sacar a un animal del país, entiéndase, certificado médico del veterinario, vacunas, certificado del Servicio Agrícola y Ganadero y pagar en dólares por kilogramo de perro en la línea aérea.

La Segunda mudanza internacional fue hace poquito en febrero de este año acarreando ahora a la hija peluda, a una hija de 4 años y un hijo de 11 meses, volver a juntar todos los documentos que piden, y ahora la cosa se pone entretenida porque como mi hijo menor nació en Argentina viaja con pasaporte argentino, pero el resto de la familia es chilena y viaja con pasaporte chileno así que corrimos entre el consulado de Chile y la Policía Federal de Argentina.

Pero ahora si contratamos una empresa especializada en mudanzas internacionales y un día por la mañana llegaron 5 tipos a embalar la casa, la mitad del tiempo conversaron y se quejaron de sus jefes, otra gran parte del tiempo lo perdieron estorbándose unos a otros y para las tres de la tarde ya estaban cansados y pedían por teléfono que los fueran a buscar. Recuerdo que ese día uno de los embaladores me preguntó que cosas de la cocina iban en la mudanza a lo que yo respondí todo (lo que no iba ya lo habíamos quitado antes).

La mudanza llega a nuestro hogar a cargo de una empresa mexicana y venían 4 o 5 señores a depositar en nuestro departamento en el DF todas las cajas y bultos salidos de Buenos Aires, cuando ya entraron todos al departamento uno de ellos me pregunta si quería yo que me ayudaran a armar algún mueble, yo feliz les digo que si y que por favor me armen el escritorio del computador. En resumen, 4 hombres alrededor de todas las piezas fueron incapaces de armar un escritorio de esos "armelo usted mismo"

Una de las primeras cajas que abrí cuando finalmente llegó la mudanza al D.F. decía Enseres de Cocina y en ella encontré un enorme paquete de papel, eran precisamente dos pliegos de papel blanco, dentro de ellos muy prolijamente envueltita estaba una tapa plástica de Coca Cola desechable, el embalador se había tomado muy a pecho eso de que todo lo que estaba en la cocina iba en la mudanza.




¡Oh Dios, como odio mudarme!


P.S. Quizá otro día me anime y les cuento como es viajar con dos niños pequeños, un perro 9 maletas, un coche de bebé y un asiento de bebé desde Argentina hasta México