Hace unos días atrás leí en la prensa chilena que a una bailarina de la tele le habían matado a su perrita cocker spaniel en una “peluquería canina”.
Percibí entonces que para algunos esto es algo sin importancia, que se muriera el perro no es la gran cosa, pero para mi no.
Yo vivo hace más de 8 años acompañada por mi “hija peluda” Almendra Belén, una cocker spaniel que es parte de nuestra familia, y para mi en lo particular es una compañera entrañable.
Fue Lady Pelos quien en 1999 me hizo sospechar que estaba embarazada cuando empezó a acostarse sobre mi regazo, ella nos acompañó las 37 semanas de espera y ella fue quien, al nacer mi hija, la adoptó como suya y decidió cuidarla a ladrido vivo.
Ella me ha acompañado esas noches solitarias cuando mi marido está de viaje y la cama se hace demasiado grande, ella quien no se separa de mi cuando tengo uno de “esos días”
Ella “La Pelos” como a veces le decimos, me acompañó en ese laaaargo verano en Buenos Aires (y sin aire acondicionado) cuando no podía dormir por la enorme panza que tenía en el embarazo de mi hijo menor, ella también es quien ladra como loca cuando ve “al niño” trepándose a algún mueble, o simplemente haciendo desorden.
Alme, nos ha dado un sinnúmero de alegrías simplemente siendo ella, una perrita linda y juguetona.
En lo personal yo siento que es como mi ángel personal, me cuida y acompaña.
No tenía idea que la luna llena de anoche sería la más grande y brillante de este año, me enteré de esto esta mañana cuando lo comentó el noticiero que pongo para la desagradable tarea de despertarme.
