jueves, octubre 12, 2006

Si quieres que Dios se ría cuéntale tus planes



Eso fue lo que me dijo hace muuucho tiempo un amigo que era seminarista, y es que el dichito ese se me viene a la cabeza muy seguido este último tiempo.

Debe ser por esto de que acabo de mudarme de casa otra vez (esta es la sexta casa en la que vivo desde que me casé) y yo definitivamente odio las mudanzas, de verdad me ponen de mal humor, me deprimen, me ponen ansiosa, nerviosa, gruñona, hasta me dan jaquecas de sólo pensar en ellas. Debo reconocer que esta vez casi todo el trabajo pesado lo hizo mi maridito (lindo él) pero eso no quita que me pase todo lo que describí antes...
Y yo que siempre creí que me casaría y compraría una casita y viviría en ella hasta que los nietos me visitaran, Dios debe haberse matado de la risa cuando yo en mi inocencia pensaba eso...

Y no para ahí... resulta que yo nunca me quise ir a vivir a Santiago en Chile porque no me gustan las ciudades grandes y resulta que terminé viviendo 4 años en Buenos Aires y después me vine a México D.F. la peor parte es que ya hasta le agarré gustito a esto de vivir en una ciudad enorme...

Por otro lado yo siempre me proyecté como una mujer profesional que trabajaba fuera de casa y todo el rollo, pero resulta que cuando nació mi hija preferí quedarme en casa y cuidar de mi cachorrita cosa que se reafirmó cuando nació mi hijo y ahora que pienso en trabajar otra vez tengo todo un lío porque no quiero dejar de estar con mis dos huracanes, perdón mis dos hijos...

Definitivamente si es cierto lo que decía mi amigo yo le he dado a Dios material para matarse de la risa por un buen tiempecito...